La Colcha de Solidaridad
– Un proyecto de arte colectivo en construcción
Las dimensiones de la colcha: 3,75 metros de ancho y 5 metros de largo y Todavía Crecerá….
La Colcha de Solidaridad es una continuación de la travesía iniciada con el libro aniversario de LAG “Hoy es todavía siempre”, publicado en 2018. En el subtítulo del libro se puede leer: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”. Las palabras del escritor uruguayo Eduardo Galeano, son el punto de partida para este proyecto.
En la primavera de 2019, Ingrid y Astrid Fadnes, fueron invitadas por la Office for Contemporary Art Norway (OCA), a contribuir con la exhibición “Actions of Art and Solidarity”. Ambas son activistas en LAG, son hermanas, pero, paradójicamente, no son artistas.
A diferencia de un libro que tiene principio y fin, nos propusimos crear algo tangible que crezca con el tiempo. La colcha pretende reflejar el trabajo y la dedicación de una gran red de personas que se mueven entrelazadas, tanto física y políticamente, por la idea de que es posible organizarse para cambiar el mundo.
La Colcha de Solidaridad está compuesta por cuatro partes: una colcha de parches, textos, producciones sonoras y el sitio web. Todes vinculades a LAG: activistas, miembros, aliados, compas, camaradas. Todos están invitados a contribuir. Los parches se confeccionan con lo que se tiene a mano. Trozos de tela, bolsos viejos, ropa, prendedores, semillas. Se los interviene con estampados o serigrafías, también con pintura y frases bordadas, palabras o motivos. Son hechos de camisetas gastadas que algunas vez las personas vistieron durante sus experiencias como brigadistas. También de pulseras a medio terminar, de gorras con inscripciones y banderines intercambiados con compañeros de otros países. Los textos del catálogo varían en su forma y duración. Las producciones sonoras que acompañan a los parches pueden escucharse en la cuenta de Soundcloud “Lappeteppe” (deberán utilizar el código-QR p.6).
Las brigadas recrean recuerdos, encuentros y la cotidianidad de una lucha sin fronteras Durante la creación de la colcha, no fue posible reunirnos físicamente. Sin embargo, estuvimos conectadas a través de talleres de arte digitales, correos electrónicos y envíos postales. Más de 170 activistas contribuyendo con sus historias. La colcha cuenta una historia grande compuesta por relatos pequeños.
El trabajo solidario de LAG
Muchas de las contribuciones con la Colcha de Solidaridad fueron enviadas desde América Latina. Desde su fundación a fines de la década del ‘70, LAG ha centrado sus esfuerzos en colaborar con compañeros y compañeras de todos los rincones del continente latinoamericano. La defensa de la democracia, el derecho a la autodeterminación y la lucha contra el imperialismo; constituyen el hilo vertebrador de los 40 años de trabajo político de la organización. La solidaridad y la premisa que estipula que “si tocan a una, nos tocan a todas”, representan los valores primordiales de LAG. Desde 1983 brigadistas de LAG llevan adelante acciones solidarias en Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Chiapas (México), Bolivia, Brasil, Honduras y Colombia. Las brigadas se han ido modificando a través de los años. De enfocarse primero en el trabajo voluntario, pasaron luego a prestar mayor atención a la formación política de los brigadistas. El Cuerpo de Paz, hoy NOREC, fue decisivo para que el Proyecto de Brigadas incluyera no solamente a noruegas viajando a América Latina, sino también a latinoamericanas visitando Noruega. Incluso en la actualidad, se llevan adelante intercambios de brigadistas Sur-Sur, es decir entre las contrapartes latinoamericanas del proyecto.
El coser como acción política
El significado de la palabra tejer es mucho más profundo que la mera acción. Entre otras acepciones, la palabra se usa para describir cómo queremos que sea nuestra sociedad. Tejemos comunidad, tejemos resistencias, tejemos historias. Nos referimos al tejido social para describir el entramado de nuestras sociedades. Capitalismo, opresión, racismo, imperialismo, guerra y despojo pueden romper el tejido social. Por eso debemos cuidarlo. Tejerlo bien apretadito, fuerte y resistente.
En varios colectivos de América Latina el tejer es algo más que una práctica. Puede ser una herramienta para comprender estructuras sociales complejas. El tejer y el coser pueden ser lucha y resistencia a la vez.
Las arpilleras son un ejemplo. Hablamos de piezas textiles coloridas cosidas con motivos figurativos. En Chile, se extendió el uso de la técnica en tiempos de dictadura. En colaboración con las iglesias, grupos de mujeres se organizaban para coser arpilleras que reflejaban la represión diaria, los abusos y demás pormenores de la vida cotidiana. Las mujeres vendían lo que cosían, así que que las arpilleras se convertían en medio de expresión y supervivencia a la vez.
En la actualidad, el movimiento de mujeres y LGBTQI usan el bordado para hacer visible la violencia patriarcal. Colectivos feministas bordan los nombres de las mujeres asesinadas para no permitir que la sociedad olvide a las víctimas. También los nombres bordados claman por justicia. Un método similar surgió luego de las manifestaciones en Chile en 2019. Allí, más de 350 personas sufrieron la pérdida parcial o total de la visión en enfrentamientos con la policía. Dos artistas chilenas iniciaron una obra colectiva para “reabrir” aquellos ojos a través del bordado. Fueron confeccionadas más de 800 contribuciones en diversos lugares de Chile, Argentina y Brasil. Finalmente, la obra se exhibió en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago, institución dedicada a mantener viva la memoria del terrorismo de Estado entre 1973 y 1990. Existe trazos comunes entres la resistencias del pasado y el presente.
Nuestra colcha de parches no se limita a las capacidades de coser o tejer. No hay requisitos previos, ni habilidades necesarias, ni pretensiones estéticas. Hacer algo juntas, contar nuestras numerosas pequeñas historias y fortalecer nuestra unidad. Queremos agradecerles a todes les que usaron su tiempo, fuerzas, manos y cabeza, para contribuir con nuestro cuento colectivo.
La colcha de parches aún no está terminada. Al igual que las luchas, la obra seguirá creciendo. Vendrán nuevas brigadas, barricadas, campañas para la liberación de preses polítiques, encuentros de mujeres y formaciones políticas. La colcha de parches es algo más que una muestra de solidaridad. Es una invitación a ejercer actos solidarios. Algo concreto y mucho más que palabras. Es nuestra historia. Una historia en construcción.
Ingrid Fadnes y Astrid Fadnes, Oslo/Molde enero de 2021.