En 2014 fui brigadista de solidaridad en Brasil. Estuvimos casi siempre junto al Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST). Nuestra experiencia en Brasil comenzó con la participación en el Sexto Congreso Nacional del MST en Brasilia. Resultó impactante ver la unidad entre los militantes y sus vínculos con el movimiento internacional de solidaridad. Dormimos sobre colchonetas debajo de una lona con la delegación de Mato Grosso. Un día de mucho calor, me duché junta a otra compañera para ahorrar agua y acelerar la fila. El Congreso del MST fue una experiencia intensa, íntima y placentera.

Viajamos al estado de Mato Grosso para conocer las consecuencias sociales y medioambientales de la producción de soja, de la que tanto la agricultura como la industria pesquera noruega se han tornado dependientes.

El parche está hecho con una gorra del MST que me regalaron en el Congreso. La gorra lleva inscripta: «¡Luchar, Construir Reforma Agraria Popular!». En el Congreso gritamos a viva voz esa consigna junto a miles de militantes del MST. Pero fue realmente más tarde, estando en el campo en Mato Grosso, cuando entendí el significado de la consigna en profundidad. No era difícil comprender la necesidad de una reforma agraria en la teoría, sobretodo en un país que padece una concentración de la tierra extrema, pero no fue hasta conocer a las personas que pagaban el precio de aquella injusticia, que entendí la seriedad y la necesidad de luchar todos los días ¿Qué significa realmente luchar por una distribución de tierras justa? ¿Será marchar y manifestarse en las calles?¿Será bloquear la carretera principal para hacerse escuchar, tal como solían hacer en el asentamiento donde viví? ¿Será ocupar la tierra que no cumple su función social, tal como ordena la Constitución? Sí. Su significado es amplio. Una de las familias que me alojó me dijo que para elles se trataba de luchar para poder cultivar. Producir comida en tierras degradadas por el monocultivo de maíz o soja no es fácil. Entonces, luchan cuando enfrentan a las fuerzas que los quieren desalojar. Luchan cuando producen comida para autoabastecerse. Su explicación me pareció linda y perpicaz.

Le cosí al parche un pequeño prendedor que me regaló un pueblo indígena de Mato Grosso. Además de las perlitas y el prendedor, tenía un pez hecho de madera que, lamentablemente, perdí. Pienso que el prendedor combina bien con la gorra porque juntas simbolizan la importancia de luchar por los valores que apreciamos: justicia, libertad para vivir vidas dignas según las premisas de la naturaleza, unidad y solidaridad a través de las fronteras, luchas e idiomas.