El valor intrínseco de la naturaleza es una de las cosas más importante que aprendí como brigadista. Antes de conocer a las zapatistas, pensaba que vivir de manera sotenible consistía en desarrollar una sociedad con cero emisiones de carbono. Que el objetivo debía ser comprar de forma sostenible, construir sosteniblemente, crear trabajos sostenibles y desarrollar tecnología que nos convirtiera en una sociedad sostenible.

Cuidar la naturaleza que nos circunda no se traduce, necesariamente, en un beneficio inmediato. No se trata solamente de descubrir cómo trabajar la tierra de una forma más sostenible. A veces se trata de dejarla descansar, no destruir un pantano ni construir otro edificio. A veces tenemos que detener las compras, las construcciones y el crecimiento.

Es político pero para mí fue principalmente individual. Después de ser brigadista re-descubrí la alegría de estar afuera, de ir a esquiar o a caminar. De deleitarme al sentir el sol en la cara, el aire fresco y al escuchar el sonido de los árboles.

El parche está hecho con una prueba de serigrafía de un taller que la brigada visitó en San Cristóbal, Chiapas, en 2013. Chulel es una palabra en tzotzil que significa «espíritu» o «alma». En aquella visita, escuché que les mayas encuentran chulel en todo ser viviente : plantas, animales y humanos. Pero también en las montañas y los ríos. Una forma de respetar a la naturaleza que es necesario, de aquí en adelante, multiplicar.